Os Irmandiños

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Echándole el otro día una mano a mi hija para preparar un examen de Historia, me encontré de sopetón con Os Irmandiños. El libro de 2º de la ESO de un instituto madrileño pone de ejemplo de las revueltas durante la Edad Media a los «80.000 campesinos gallegos que se levantaron contra sus señores feudales».

No puedo negar que tuve un momento de orgullo patrio porque, además, situaban a los Irmandiños entre las revueltas más importantes ocurridas en Europa en aquellos siglos. Y además no es nada fácil encontrarse alguna referencia a Galicia en los libros que se estudian en las Españas; incluso a veces en Galicia.

Me acordé de esta anécdota de los Irmandiños estos días viendo el espectáculo de las mareas gallegas ante las elecciones del 28 de abril. Mas que los Irmandiños son el Ejército de Pancho Villa o el Frente de Judea de los Monty Python.

Los populares galegos pueden quedar como la última aldea gala de un partido en caída libre. Feijóo puede quedarse en lo alto de la montaña gallega del PP observando los restos del ejército de Casado y compañía

Resulta que, si lo he entendido bien, los que se presentan como En Marea ya no son los que eran hace 4 años y los que estaban en las mareas ahora van como Galicia en Común con Podemos e IU y Beiras, siempre Beiras; eso sin contar a los desencantados en general y al Bloque que podría tener una ocasión de oro para volver al Congreso aunque de momento las encuestas no los captan.

El escenario a la izquierda del PSOE es un campo de batalla en el que ya no se sabe cuáles son de los nuestros y cuales los enemigos. Sea como sea, es un panorama que favorece claramente a los socialistas que vuelven a rentabilizar el voto útil para frenar a las tres derechas en Madrid.

Tres derechas que de momento en Galicia parece que va a seguir siendo, sobre todo, una. Vox no parece que vaya a hacerse hueco y si Ciudadanos saca algún diputado, será por inercia y no por su implantación en Galicia en donde los populares gallegos se pueden quedar como la última aldea gala de un partido en caída libre en el resto de España.

El 28 de abril, Feijóo se puede quedar en el alto de la montaña gallega del PP observando los restos del ejército de Casado, Teodoro y compañía que más que los Irmandiños, pueden ser los Caladiños.

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