Tente quieto, Alberto, 3: La batalla final

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Ha hecho bien O Noso Alberto en ponerse a cubierto del fuego amigo que le llegaba desde la prensa de Madrid, siempre dispuesta a utilizarlo como caballo de Troya en su impenitente asalto al liderato de O Noso Mariano. Que se maten entre ellos, que son gallegos, deben pensar los estrategas de la meseta. Las informaciones que lo situaban efectuando una especie de primera ronda conspiratoria en prácticas, para ver qué barones estaban en disposición de baronear un poco y jugar a la sucesión, eran una trampa mortal en forma de beso traidor. 

Hace apenas unos años, O Noso Alberto tendría sucumbido de inmediato a los elogios y panegíricos que le llegaban desde la capital y ya andaría «on tour» por las televisiones y radios estatales explicándonos a todos lo que hay que hacer, a los del PP por dónde deberían tirar y dándole ya las gracias por los servicios prestados a O Noso Mariano para ir adelantando trabajo. Hoy ya sabe que lo mejor es quedarse quieto en posición de saludo. Le ha costado lo suyo, pero por fin lo ha aprendido. 

Toca esperar y acudir en socorro del vencedor, no vaya a ser O Noso Mariano y tenga que acabar diciéndole colorado aquello de «Cariño, isto non é o que parece…»

«Nunca seré un Judás a Rajoy», proclamó solemne en rueda de prensa, en el salón de proclamar delante de la prensa de San Caetano. Hay que reconocerle que este toque a lo Escartala O´Hara le dió una grandeza melodramática muy de agradecer. O Noso Alberto ha entendido el mensaje de O Noso Mariano alto y claro: no se va y quien quiera echarlo de la Moncloa va a tener que ir en persona a decírselo a la cara, y más le vale ir listo para una buena pelea… Toca esperar y acudir en socorro del vencedor, no vaya a ser O Noso Mariano y tenga que acabar diciéndole colorado aquello de «Cariño, isto non é o que parece…».

Pocas horas después, este humilde cronista preguntaba en la emisora catalana RAC1 al líder del PP, Xabier Albiol, si lo había llamado O Noso Alberto para sondearle el ánimo traicionero, como publicaba la prensa de Madrid. Lo negó firmemente, pero añadió una información desconcertante. Contó que hablara con otros líderes regionales Populares y tampoco los había llamado Feijóo. La escena de los líderes del PP preguntándose los unos a los otros si los había telefoneado O Noso Alberto resulta ciertamente inquietante.

  • Oye, ¿a ti te ha llamado Feijóo?
  • No. ¿ Y a ti?
  • ¿Y por qué no nos llama?
  • ¿Pero tú sabes si ha llamado a alguien?
  • No sé, pero si lo ha hecho. ¿Por qué no nos ha llamado?
  • Llama a menganito a ver si lo han llamado.
  • Joder, joder…. Que nos quedamos fuera de la tostada, que ya me lo estoy oliendo.
  • No te pongas nervioso. Es lo que espera que hagamos.

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