Galicia también vota, aunque casi no se nota 

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El 28 de abril se vota en toda España, aunque por momentos parecería que hay territorios como Galicia por donde la campaña pasa de largo. No es el único caso, pero es el que a nosotros más nos duele. Ni se visualizan los problemas de Galicia, ni hay candidatos gallegos a la presidencia tras la jubilación de Mariano y ni siquiera los aspirantes a la Moncloa se toman la molestia de hacer algún guiño local en sus visitas de médico para el mitin, más allá de la referencia gastronómica o el monumento o paisaje que colocan detrás del atril.

Quien no recuerda aquellas campañas en las que ningún candidato que se preciara del PP o del PSOE podía ir a Galicia sin prometer plazos concretos en su día para las autovías, bueno era don Manuel y luego para el AVE por el que seguimos esperando. Ahora nada, tres frases hechas, besos, selfies y al avión. Claro que a veces, es casi mejor que se olviden de uno porque el PP bien que se acordó en vísperas electorales de ampliar hasta el infinito y más allá los peajes de la Autopista del Atlántico que van a seguir pagando nuestros nietos o la autorización para Ence, ahora cuestionada por el gobierno socialista.

Esta orfandad está relacionada con la ausencia de un actor puramente gallego con peso en la política española. En Marea va camino de la desaparición, Podemos Galicia es ya una sucursal más del partido de Iglesias y el Bloque también va a desperdiciar una gran ocasión para volver al Congreso

Con Rajoy teníamos al menos garantizada la cuota pontevedresa; con sus caminatas por Ribadumia y sus celebradas frases que no eran gallegas pero que en Madrid se tomaban como parte de su carácter y su humor galaico. Ana Pastor intentó recuperarlo en su campaña, pero apenas consiguió un par de excelentes crónicas costumbristas como las de aquellas viejas glorias del Hai que roelo.

Así las cosas, las únicas referencias gallegas de la campaña hay que anotárselas a Xavier Fortes, uno de los ganadores del culebrón de los debates. Además de los saludos na nosa lingua, el primer día se atrevió a meterse en el debate después de que Aitor Esteban se quejara del retraso del AVE a Euskadi. ¿Y el de Galicia, qué? Se preguntó Fortes. De repente, nos sentimos representados.  Ni Cayetana Álvarez de Toledo supo que decir y eso que la candidata del PP tiene respuesta para todo.

La TV de Galicia decidió darle emoción a su propio debate colocándolo en el prime time de las 10 de la mañana del martes de Semana Santa. Todavía están buscando a los héroes que vieron el espectáculo a la hora del desayuno.

Esta orfandad está de nuevo directamente relacionada con la ausencia de un actor puramente gallego con peso en la política española. En Marea va camino de la desaparición y Podemos Galicia es ya una sucursal más del partido de Iglesias. Según las encuestas, el Bloque también va a desperdiciar una gran ocasión para volver al Congreso justo cuando uno o dos diputados pueden valer su peso en oro para formar el próximo gobierno.

Para completar el panorama, la TV de Galicia decidió darle emoción a su propio debate colocándolo en el prime time de las 10 de la mañana del martes de Semana Santa. Todavía están buscando a los héroes que vieron el espectáculo a la hora del desayuno. Al menos lo podían haber puesto el Viernes Santo y así podían ir todos de venres negros. Feijóo sabe muy bien que los resultados del domingo no le van a gustar y se trata de disimularlos lo más posible; más que nada porque el PP puede sufrir una derrota histórica en Galicia y ser superado en unas generales por el PSOE por primera vez en democracia. Y todo a un mes de las municipales, a un año de las autonómicas, sin saber que va a hacer Feijóo y que va a ser del PP de Casado después del 28 de abril.

 

 

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