La gripe gallega

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Como todos los inviernos ha llegado la gripe y como los inviernos se han colapasado las urgenicas, porque en Galicia gobierna la derecha y somos muy de conservar y respetar las tradiciones. Como de esto no era fácil echarle la culpa a lo que pasa en Catalunya, la gente se quejaba y la oposición daba ruedas de prensa, no ha quedado más remedio que salir a dar alguna explicación y mandaron de meritorio al director general de Asistencia Sanitaria, Jorge Aboal, que en un perfecto castellano -porque para qué vas a hablar en la lengua propia de la administración que te paga el sueldo-  nos explicó que todo era muy típico y normal pero al mismo tiempo era excepcional pese a que todo estaba previsto, las urgencias perfectamente dotadas y que sólo eran picos aislados.

Como los picos aislados se iban convirtiendo en cadenas montañosas y cordilleras continentales, volvió a salir el meritorio a explicar que todo estaba bien, pero que la gente tenía la mala costumbre de venir en multitud justo cuando había menos gente para atenderla en los servicios y que así no había manera y mira tú que mala suerte. De ahí pasaron a reconocer que, a lo mejor, había algunos problemas de organización y de gestión porque los jefes de urgencias eran como eran pero que, en todo caso, tampoco era para tanto y éramos unos exagerados porque de cada cien gallegos que van a urgencias menos de veinte acaban ingresados.

Justo en ese momento alguien en la Xunta ha debido darse cuenta de que no suele ser buena idea echarle la culpa a los afectados y salieron a matizar que no estaban insinuando que la gente abusaba de los servicios de urgencias, sino que iba menos de que lo que debía a los centros de atención primaria. Cuando se les preguntó que por qué no íbamos como debíamos a los centros de atención primaria la respuesta fue -¡oh, sorpresa!- que estaban mal organizados.

Para acabar de clarificar la cuestión apareció en rueda de prensa O Noso Alberto y nos desveló cuál era la situación: meter más camas en las habitaciones de los hospitales, en abierta contradicción con lo que nos habían contado de que las urgenicas se colapsan no porque no hay sitio para ingresarlas sino porque van sin necesidad. Cuando todo parecía perdido, por fin dieron con el culpable: la vacuna que, por lo visto, este año no funciona que también es mala suerte.

Así que, a día de hoy, sabemos que la vacuna de la gripe no funciona, las urgencias están mal organizadas, los centros de atención primaria están aún peor, las habitaciones de los hospitales están infrautilizadas y los gallegos somos muy desordenados cuando enfermamos, pero todo está perfecto y todo va como un reloj en una sanidad gallega en manos de contables que, por ahorrar cien euros, provocan gastos de millones y que se sostiene en pie gracias al compromiso y a la entrega de los admirables profesionales. Vivir en Galicia es lo que tiene, todos los días presenciamos milagros.

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