BraveFeijóo

Este artigo tamén está dispoñible en: Galego

Si usted sólo mira prensa gallega estará convencido de que O Noso Alberto es como Braveheart, puede que más alto y más guapo que Mel Gibson pero igual de firme y contundente contra la tiranía y la injusticia de gobernantes amorales. No diga simplemente Feijóo, diga BraveFeijóo. «No habrá quita para las comunidades que se endeudaron. La presión de Feijóo obliga al  PP a renunciar a un trato discriminatorio con las que cumplieron» titulaba La Voz de Galicia en su portada del martes de Entroido (13/2/18). «Condonar, perdonar o dejar sin efecto la deuda va en contra de cualquier principio moral» por lo visto sentenció, casi bíblico, O Noso Alberto cerrando la discusión.
Si también le da por consultar la prensa de fuera, o incluso escuchar la radio como se hacía en el final de la dictadura con Radio Andorra, estará muy desconcertado porque habrá leído y escuchado, incluso en una emisora tan de orden y tan de los obispos como la COPE, que esa misma noche el ministro de Hacienda del Gobierno central, un tal Cristóbal Montoro, declaró que si a los barones del PP les hacía felices que no se dijera «quita» que por él encantado, pero que iba a haber reestructuración porque había que hacerla.
No se amotinen aún. El triunfo lingüístico conseguido por O Noso BraveFeijóo es incontestable y no merece ser desmerecido. O Noso Alberto es un estratega y ahora los tiene a todos exactamente donde quería. Primero hay que ganar la batalla de las ideas y de los conceptos y ya después se ganará la de los cuartos y la de los derechos. La victoria lingüística y morfológica es la antesala de la victoria fiscal final. Os falta visión, menos mal que a O Noso Alberto le sobra.
Así pues no va a haber quita pero va a haber reestructuración, que es como una quita pero con un nombre más fino, para que en las región más endeudadas con el Estado, desde Castilla La Mancha a Andalucía o desde Murcia a Valencia, el propio PP y el PSOE puedan seguir alimentando las maquinarias electorales que los han mantenido en el poder décadas. A cambio, las gallegas y los gallegos podremos presumir, llenos de razón, que hacemos lo que ellos no hacen: pagamos nuestras deudas. Apandamos con nuestros recortes en sanidad, educación o dependencia como machotes, en vez de andar llorando por lo mal financiados que estamos. Para eso vinimos al mundo los gallegos y para eso votamos masivamente al PP: para sufrir en silencio y ser solidarios con los que no son tan responsables y tan sufridos como nosotros.
BraveFeijóo llevaba semanas avisando, por lo civil y por lo penal, que no va a tolerar que se castigue a las que cumplen, como Galicia, para recompensar a las que incumplen sin que a nadie, ni a la oposición ni a la prensa libre, se les hubiera ocurrido preguntarle por qué lo toleró hasta ahora y durante más de siete años calladito como si hubiera estado jugando a escondidas.
El único resultado visible y cuantificable de tanto esfuerzo fiscal y tanto fetichismo del déficit como llevamos papado es que O Noso Alberto podía presumir en Madrid de cuadrar las cuentas, mientras aquí triplicaba la deuda pública gallega que le dejó el Bipartito pese a incumplir sistemáticamente sus presupuestos a base de cerrarlos en julio o en septiembre para decir que gastaba sin gastar, multiplicar las listas de espera en la sanidad por los recortes, bajar el sueldo de los funcionarios y trabajadores de la Xunta, recortar y retrasar las ayudas a la discapacidad, convertir los proveedores de la Xunta en cobradores del frac sin frac y con retrasos de meses en sus cobros, y paralizar la inversión en obras e infraestructuras públicas.
A parte de todo esto, alguien sabe que más ventajas nos trajo ser tan bien cumplidores y tan buenos pagadores?

Este artigo tamén está dispoñible en: Galego

cool good eh love2 cute confused notgood numb disgusting fail