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Asediado a preguntas por los periodistas de Madrid sobre sus planes sucesorios, O Noso Alberto hizo una cosa bien y otra mal para sacudirse la presión, darle una patada a seguir a la pelota de sus intenciones y mantener en fila a los medios como si fuera el Flautista de Herbón.

La que hizo bien fue apelar a la responsabilidad que tiene y debe guardar como militante del Partido Popular. Es muy bonito sentirse responsable, siempre hay que estar a favor de la gente que asume que tener la condición de fontanero, ministro, maestro, cura o influencer te hace responsable de lo que dices y de lo que haces; ya nos lo explicó Coco en Barrio Sésamo a toda nuestra generación.

Galicia no es una excusa, ni un recurso, ni una coartada, ni una disculpa, ni una justificación, ni una evasiva, ni un subterfugio, ni un pretexto, ni un escape, ni un rodeo, ni una salida de emergencia

La que hizo rematadamente mal fue emplear su condición de presidente de Galicia para eludir responder, seguir magreando la bola y seguir haciéndose querer. Galicia no es una excusa, ni un recurso, ni una coartada, ni una disculpa, ni una justificación, ni una evasiva, ni un subterfugio, ni un pretexto, ni un escape, ni un rodeo, ni una salida de emergencia. Galicia es una nación que merece respeto porque le llevó cientos de años ganarlo. No puede ser rebajada a la condición de vaca o de capote según le convenga a un militante del Partido Popular, por muy responsable que se sienta de su militancia. Galicia necesita tener un presidente, no un torero.

Si para presentarse y ganar O Noso Alberto necesita tiempo, hacerse de rogar para que se lo pidan más y más militantes del PP postrados de rodillas y vengan a millares en procesión haciendo el Camino, o que María Dolores de Cospedal le jure que no va a andar montándola a sus espaldas en el partido, o que Soraya Sáenz de Santamaría le prometa que no le va a hacer la cama el tiempo que esté de líder del PP sin ser parlamentario, me parece bien que practique la ambigüedad, ande haciéndose el misterioso y se dedique a jugar al escondite con los periodistas.

Pero que no diga que lo hace por responsabilidad con el cargo o con el país, o por amor a Galicia. Lo hace por él y porque le conviene. Galicia sólo va a ser un daño colateral.

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