La procesión audiovisual de mayo: Cans y Olloboi

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En un bar de Santiago, el informativo de la televisión anunciaba el palmarés del Festival de Cannes. El reportero, que iba justo de francés, pronunció Cans, con ese final, y durante tres minutos habló de un inexistente Festival de Cans. «Esa es mi aldea», dijo Alfonso Pato con la sonrisa abierta. «¿Eres francés?», preguntó alguien. «No, soy de Cans. De Cans de Porriño», y, entre risas, nos desveló lo que llevaban un tiempo tramando: al final tenía razón el periodista y habría Festival de Cans, pero de Cans de verdad. Tan de verdad que van ya 16 ediciones.

Desfile de chimpíns.

Los dos festivales solo coinciden en las fechas -o vas a Cannes o vienes a Cans-, pero mientras en el francés se dejan ver en limousine, en el gallego Javier Gutiérrez, María Bouzas, Morris o Nieves Rodríguez pasean en chimpín. Los cortometrajes del festival del agroglamour se proyectan en los gallineros, cobertizos y bodegas de los vecinos –Moncho, Chelo, Bugarín, Mucha do Peso-, transformados en cines improvisados. En un tablero sobre cajas de botellines compartido con los espectadores, lo mismo se sientan la cantante Uxía que los escritores Manuel Jabois, Suso de Toro y Mara Torres. En Cans, VIP son siglas que non significan nada. De hecho, conviene ir en vaqueros y chupa para escuchar a Isabel Coixet, José Luis Cuerda, Gracia Querejeta o Fernando Trueba, porque las charlas son al aire libre, en primera linea de hierba.

El director José Luis Cuerda recibe su estrella de la fama de Cans de manos de Alfonso Pato (a la izquierda), el director del festival.

Alfonso Pato es el director y alma del festival. Trabaja a destajo todo el año con la Asociación Cultural Arela de Porriño para encontrar las mejores novedades del audiovisual: videoclips, documentales, películas, webseries, booktrailers… y música, parte esencial de Cans desde sus inicios. Por el Torreiro y a leira de la señora Alicia pasan artistas de toda raza y procedencia: Siniestro Total, Kevin Weatherill de Inmaculate Fools, Coque Malla, el Gran Wyoming o, en esta edición, Marlango. En la aldea, durante cuatro días, hierve la creatividad en un programa en el que caben la ruta musical guiada por Xurxo Souto, los cuentacuentos, el MiniCans para la chavalada… toda una experiencia imposible de olvidar, en un espacio que es el que más visibilidad da al audiovisual de Galicia.

Heredeiros da Crus en el Torreiro de Cans.

Los profesionales gallegos reservan las fechas para Cans. Y Repiten. Llaman por el nombre a los vecinos, quienes comparten lo suyo con generosidad para que sintamos como casa ese rincón. En las paredes de sus alpendres se proyectaron los primeros trabajos de muchos directores que regresan a Cans con goyas y premios internacionales, como Nerea Barros, Jorge Coira, Luis Tosar o Enma Lustres. En cada edición se suman más actores, guionistas y directores, como Daniel Guzmán, a los que Galicia les quedaba muy lejos, pero que ahora saben situar perfectamente Cans en su mapa sentimental, tanto como en el geográfico. Bastante mejor que la CNN: hace ocho años, con motivo de la reunión del G-20 que se celebró en Cannes, insertó un mapa en el que ubicaba la cumbre europea en la aldea gallega: una empanada total de la cadena estadounidense que dio para muchas risas.

Chavalada participante en el festival Olloboi, acompañada por varios de los profesionales del audiovisual cómplices.

Cans tiene al lado del mar a su hermano pequeño, el Olloboi de Boiro. La cantera del audiovisual gallego crece por el mimo de un grupo de maestros que fundaron este sorprendente festival en el que participan escolares de primaria hasta bachilleres. Ahí están desde 2010 dando caña con su compromiso con los creadores menores de edad. El futuro del cine y el vídeo del país depende de este vivero, y lo sabemos. De ahí el apoyo de los «cómplices» de la iniciativa: Federico Pérez, Sabela Hermida, Miguel de Lira y el director Alfonso Zarauza, siempre en primera fila enganchados al chute de adrenalina que les metió Ana Moreiras, una de las impulsoras del Olloboi. La ilusión del alumnado al ver proyectados sus trabajos -y comprobar que los siguen, con los ojos atentos a la pantalla, las personas que admiran- es impagable.

Xosé Castro, Federico Pérez, Miguel de Lira y Jorge Coira.

Mayo es un mes en el que en Galicia borbotean las emociones: las de los festivales auténticos que nos hacen vibrar. ¡Siempre Cans y Olloboi!

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