El albertazo

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Está O Noso Alberto preocupado por el cupo vasco, ese oscuro apaño que dicen que firmó O Noso Mariano con el PNV para asegurarse su apoyo lo que queda de legislatura en el Estado. No discute el concierto porque está en la Constitución y ya se sabe que los populares son como los templarios de la Constitución del 78, pero con el 155 en vez de espadas. Lo que sí reclama O Noso Alberto es que se clarifiquen los cálculos para saber de dónde salen esas cifras y cómo queda exactamente la liquidación fiscal entre el Estado y Euskadi.

No lo dice, porque O Noso Alberto tiene aspiraciones, quiere hacer carrera y ya ha aprendido –no fue sin tempo- que en el Marianismo la mejor manera de ascender es quedarse callado, pero lo da a entender: las cuentas no le cuadran y los vascos salen ganando. No se atreve a llamarle cuponazo como sí hace Albert Rivera, que es un populista y además es muy de derechas y O Noso Alberto es hombre liberal, pero para el caso es como se si se lo llamara. 

Está bien que al presidente de la Xunta le preocupe si los vascos llevan lo que se merecen o pagan lo que deben. No hay nada más bonito en este mundo que la Justicia.  

Pero que la sanidad gallega viva en la inanición después de décadas de infrafinanciamiento porque Fraga aceptó la transferencia coma si estuviera cogiendo la franquicia de un Todo a Cien no es culpa del cupo ni de los vascos.

Que los servicios públicos gallegos malvivan en la penuria porque no se tienen suficientemente en cuenta los costes generados por la dispersión y el envejecimiento tampoco es culpa del cupo y de los vascos.  

Que el nuevo sistema de financiamiento se atrase porque al PP le interesa llegar a las elecciones con las autonomías cogidas por el cuello y que Galicia siga mal financiada sin que la Xunta diga nada tampoco es culpa del cupo y de los vascos.

Que nuestros pensionistas perciban la pensión media más baja del Estado tampoco es culpa del cupo y de los vascos.

Que la alta velocidad acumule años de retraso, aún no tenga fecha de finalización y las mismas partidas se repitan presupuesto tras presupuesto sin ejecutarse, tampoco es culpa del cupo y de los vascos.

Culpables de todo esto seguro que hay muchos e inocentes pocos, pero responsable hay uno seguro: el presidente de la Xunta, O Noso Alberto, a quien elegimos y pagamos para que no pasaran estas cosas, pero pasan y no tienen pinta de mejorar. En Galicia non debería preocuparnos tanto el cuponazo. Lo que nos jode de verdad es el albertazo de cada día.

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